Mis relaciones con la marihuana, para decirlo de la manera menos trabada, fueron tardías y breves. La probé a los 23 años y durante seis meses, según lo conté en un texto que circula por ahí, “Mis tratos con la marihuana”. La usé para ver películas y autoanalizarme. Nunca para escribir. Así que volver a probarla después de 33 años era casi como hacerlo por primera vez. Estaba ansioso. Y curioso: es tentador para cualquier escritor abrir “las puertas de la percepción”, como nos lo enseñó Aldous Huxley, el precursor de la psicodelia.
Prendí entonces el bareto en mi estudio, frente al computador, escuchando Claro de luna, de Beethoven, mientras veía imágenes de la luna. Me lo fumé despacio, esperé un rato y empecé a escribir. “Hay que aterrizar la traba”, me enseñó un viejo marihuanero. ¿Ya estoy trabado? Sí, más lento que de costumbre, atento a los detalles, a las cosas que parecen vivas. Me dejo ir, escribo sin censura lo que me dictan las imágenes nítidas, palpables. Me siento libre y eufórico. Las palabras y el ritmo me llevan. Trabado o no trabado, la escritura siempre se va por un camino que uno no esperaba. La diferencia es que esta vez no opuse resistencia alguna. Al fin conocí la escritura automática.
Escribí dos poemas a la luna, uno sin marihuana y otro “con marihuana en la torre”. No sé cuál es mejor, o menos peor. Ustedes dirán. Pero debo decir que, para bien o para mal, el segundo poema nunca lo hubiera escrito de esa manera, sin reflexión, sin ironía. Parece escrito por un Yo que no reconozco. Un Yo lírico que me desencadenó la marihuana.
Fase I
(poema sin marihuana)
Dan ganas de decir: la luna era la luna
apenas un círculo rojo
o naranja
Dan ganas de restituirle su significado literal
al pequeño satélite
mancillado por tanta metáfora
tanto poeta
tanta parla inútil
La luna era la luna antes de José Asunción
de Diego Fallon, válgame dios: Ya del Oriente en el confín profundo /
La Luna aparta el nebuloso velo”
La luna con mayúsculas
solitaria y femenina
o masculina (en alemán)
La pobre luna de los astronautas
llena de cráteres
como un horrible adolescente
ultrajada y degradada
por todos
salvo por aquellos
que a pesar de la evidencias
se niegan a creer en el alunizaje
Esos sí que son los últimos románticos
los verdaderos locos de la luna
La luna sobre el mar
sobre la montaña
la luna sobre los tejados: ¿qué hacer
con tanta cursilería de la luna?
No hay lunas en mi infancia
no hay lunas en mi vida
solo luz de luna
y una muchacha temblorosa
Iluminada
cuando la luna era la luna.
Fase II
(poema con marihuana)
A través de los árboles
Al fondo de la espiga
Entre las nubes
La luna
Mordida por una sombra
Envuelta por otra luna
Luna de la tristeza
O de la luz
Luna del miedo
Luna inasible
Luna en el agua
Luna del cuervo
Sobre un incendio
Luna borrosa
Como un colmillo
Luna del alba
O de la tarde
Entre el azul celeste
Luna de ecos
Y voces muertas
Luna persistente del ayer
Borrada por el mar
Luna de los aventureros
En fuga perpetua
Luna ensangrentada
Eterno puñal