Lo primero que debo decir es que antes de entrar al mundo del porno, tuve muy pocos amantes. Hoy me acuerdo —y me da un poco de risa— de que con mi primer novio duré mucho tiempo antes de poder tener sexo porque cuando él ya lo tenía duro, se me acercaba y estaba a punto de penetrarme, yo me quitaba por el susto que me daba. Hoy pienso que lo tenía como de nueve centímetros, nada que ver con lo que veo en mi trabajo, pero aun así me daba un miedo increíble. Un día —recuerdo también— conocí a un tipo divino que medía como 1,90. Yo pensé que así como era de alto, así lo iba a tener. Pero cuando se quitó el pantalón, ¡oh decepción! Sin embargo, la mayoría de los hombres con los que estuve tenían buen tamaño.