Mi verga erecta mide 17 centímetros, nada del otro mundo, pero en la pantalla de un computador se ve más grande por aquello de la perspectiva. Ella en primer plano y yo en segundo, la mujer que está al otro lado se aterra. Lo que más me gusta del sexo virtual es que las mujeres creen que tengo una verga descomunal, pero no es lo único.